Entrevista realizada por Luciana Trocello, integrante del Plan Provincial de Lectura, a la artista visual Rosa Mercedes González, publicada en Palabra Tomada, Año 3.
Rosa es cordobesa, nació en octubre de 1955. Es Maestra de Artes Plásticas, Profesora de Dibujo y Grabado, egresada de la Escuela Provincial de Bellas Artes Figueroa Alcorta. En su producción encontramos diversos formatos, soportes, lenguajes: la pintura, el muralismo, la ilustración, la literatura de cordel con xilografías, la costura, el arte objeto… A lo largo de su trayectoria, ha sido reconocida con destacados premios, como el Runner Up en la Bienal Noma Concours por Book Ilustration, organizada por la Unesco en Japón, en 1998.
Conocimos sus obras, su nombre, su taller -con sus retazos, hilos, telas, fotos, alfileteros, tramas…- su voz y, finalmente, a Rosa en persona, en ese orden.
Sucedió que…
Habitamos el taller de Rosa minutos antes de la charla, situación que en sí misma constituyó una experiencia estética en la cual podíamos vislumbrar procesos de producción, sospechar toma de decisiones, evidenciar obras de arte.
En el transcurso de la entrevista, conocimos las sonrisas, las reflexiones, la sensibilidad, la libertad de Rosa para producir y posicionarse como hacedora de expresiones artísticas.
Y, fundamentalmente, aprendimos de las miradas de Rosa; miradas puestas en lo que para otros puede ser pequeño y descartable. Objetos que, puestos en obra, Rosa re-significa estéticamente.
Hablamos de artes visuales, de literatura, de lectura de imágenes… Con ustedes, la mujer artista, cordobesa y bien latinoamericana Rosa González, pintando palabras.
En tu obra encontramos enlaces entre Artes Visuales y Literatura…
-Uy, por dónde empiezo… (Rosa ríe…). Sí, me encanta leer. Toda mi obra tiene mucha relación con lo literario, con lo contado, con la palabra. También los juegos, sobre todo las formas de las palabras que me sugieren un color, que me sugieren una sensación, eso lo llevo a mi obra. En ilustración estoy trabajando desde hace mucho tiempo. Cada tanto aparece algún contacto con editoriales, siempre estoy haciendo algo porque el contacto con la palabra me gusta mucho. La relación palabra-texto-imagen, respetando la palabra, que lo mío no invada, que no sea “el” protagonista, sino que sea como una invitación a esa lectura. Que a la persona que lo lee, le mueva la idea de leer.
También me parece importante, por ejemplo, que si hay una escena en la lectura donde se relata un paisaje, tengo que tratar de no imponer un paisaje al lector, que cada uno tenga su paisaje.
Por ejemplo, me pasó que se me vino abajo la imagen de la Mafalda una vez que vi una que hablaba, hace muchos años, en unos cortos que pasaban en la tele. ¡La Mafalda mía tenía una voz que cuando la vi, no era! (risas). También puede pasar con un locutor de la radio, que uno tiene la imagen de su voz. No sé si está bien o está mal. Pero eso de imponer, que “el paisaje tiene que ser como el que yo tengo en la cabeza y se lo tengo que dibujar al lector”, no. Me parece que estoy invadiendo un terreno que no me corresponde. Cuando ilustro trato de sugerir un paisaje, pero no imponer mi paisaje. Es difícil, pero es lo que trato de hacer.
Que cada lenguaje tenga algo para decir…
-Y también que la lectura del texto se remonte a la lectura de la imagen.
Llevaste a tu obra personajes como Madame Bovary, Sor Juana, Bernarda Alba, Mujercitas…
-Sí, hubo una época en la que hacía muñecas “BRAVAS”. Me invitan a hacer una obra en el CCEC y yo tenía “una caja llena de chicas”. Le pregunto a Lilia Lardone ¿qué hago con esto? y me dijo -¿por qué no las personificás como las protagonistas de la literatura?, no escritoras. Entonces ahí aparece la Cándida Eréndira, la Madame Bovary y todas fueron personajes que a mí me habían interesado.
En una de las cajitas había un autorretrato mío y decía “Yo, la peor de todas”. También estaba Mujercitas que había leído en la adolescencia.
Aparece en tu obra la reminiscencia al juego, y la crítica ha mencionado esa zona entre “para adultos-para niños”…
-Nunca pienso “esto es para”. El impulso de trabajo no lo puedo frenar, nunca pienso ni para qué, ni cómo, ni dónde. Lo tengo que hacer y va. Después algunos dicen que es infantil, otros dicen que es para grandes. Es irónico, es muy irónico y a mí me parece que está bien. A eso, no lo quiero perder… (Rosa nos comparte sus risas).
Hay… con los juguetes, una referencia a un ideario de la infancia…
-Sí, es el afecto por las cosas… Hace un rato, por ejemplo, se me cayó al piso un platito que tenía lleno de estrellitas, con las que estoy bordando. Y me dio una pena levantarlo porque no tenía la máquina para sacarle fotos. El palito, la plumita, el afecto por la cosa insignificante, eso para mí tiene un valor, no sé por qué, pero para mí valen.
Siempre cuento que cuando éramos chicos (al ser muchos hermanos) no teníamos juguetes, entonces jugábamos en el patio, con barro, no había tele, no había nada. Entonces era todo patio. Teníamos una hermana que, como no teníamos muñecas, le pintaba con carbón la cara a un caño. ¡Claro… era una obra de arte! ¿Viste esos caños pesados? Era su bebé. Le ponía un trapo, le pintaba la cara. Hacíamos los pianos con un pedazo de papel largo le pintábamos el teclado. Mi hermana decía: 1-2-3, do, sol, fa…. empezaba el concierto y las otras cuatro interpretábamos la melodía, eramos verdaderas pianistas (somos cómplices de las risas de Rosa). Esas cosas me han quedado grabadas y las sigo haciendo.
Pasa a ser parte de tu obra…
-Para mí (y para otros). Veo en el patio un broche de la ropa gastado y para mí tiene toda una historia. Me hago cada película… (ya partícipes de las risas con Rosa). Me gusta también escribir, pero bueno, no puedo hacer todo.
En los cruces entre Literatura y Artes Visuales, el ilustrador ¿es coautor, primer lector?
-Es como que te dan en tu mano una semilla que le falta... un poquito para dar a luz. Tengo que completar el tiempo de gestación. No sé si es poquito. Es la otra parte.
Se complementan…
-No siempre; a veces, no es necesaria la palabra y a veces no es necesario el texto. A veces hace daño la palabra en la imagen y a veces es innecesaria la imagen. Hay que tener cuidado.
ARTES VISUALES-LITERATURA-DOCENCIA
Rosa pintó palabras como Artista Visual y también como docente, rol desde el cual aportó significativas herramientas para leer imágenes.
Sos profe…
-Doy clases en la Escuela de Artes Figueroa Alcorta. Estoy en la Tecnicatura, doy clases de Grabado, de Morfología y de Composición Plástica, que es lectura de obra. Es decir, cuando uno hace una obra puede ver los equilibrios, los silencios, los pesos, las armonías, los conectores. Lo mismo que se ve en Lengua se ve en la imagen. Es una materia que a mí me encanta. Grabado también me gusta mucho porque tiene que ver con lo antiguo de los relatos, de la impresión. Otra materia que doy y que me encanta es Morfología, que ustedes también la tienen en Lengua. Es el estudio de las formas. Lo redondo, cuadrado, lo triangular. Todo parte de ahí. Todo sale de la naturaleza. Y el estudio de la forma está en la Música, en la Plástica, en la Literatura.
La lectura de imagen está siempre presente en todas las materias, en la Historia del Arte, siempre estás leyendo imágenes.
LECTURA DE IMÁGENES Y ESCUELA
-Aparte de dar clases en la Figueroa Alcorta doy clases en un taller que se llama CEPEA, que son Centros de Educación por el Arte. Estos talleres se crearon en los años 80, dependen del Ministerio de Educación de la provincia y son talleres de arte que hay en distintos pueblos del interior de Córdoba, tienen talleres libres de Plástica, Música, Literatura, Expresión Corporal y Teatro. Yo estoy en el CEPEA de Valle Hermoso, que está cerca de Cosquín pero más alejado de Cruz del Eje que son lugares donde hay escuelas provinciales de arte. Allí, con Andrea damos clases de plástica y música, trabajamos con chicos de seis a dieciocho años de edad, de primaria y secundaria. Tengo mucho contacto con las maestras de la escuela primaria.
Realizamos actividades integradoras; acercarme a la escuela, intercambiar ideas con las maestras, para mí es muy importante, compartimos el mismo grupo de alumnos; las vivencias y entusiasmo de ellos en el colegio las manifiestan en el taller. Una maestra me contaba que, con sus alumnos, estaban viendo Cinema Paradiso, analizan la película, la comentan, como que la desnudan; ahora, me dicen los chicos, que están haciendo una peli muda. La verdad… son cosas que pasan en las escuelas y que a mí me emocionan y los comentarios de los chicos son imperdibles. No estoy afirmando, con esto, que la escuela es un lecho de rosas, quiero destacar que entre tantas carencias, urgencias, necesidades, hay un compromiso de muchos docentes con su labor.
Después está el tema de la vergüenza porque el que “dibuja bien” es el destacado. ¿Y qué es lo que dibuja bien? Dibuja los dibujos chinos, eso es “dibujar bien”. Los autos tuneados los varones, las nenas los ositos. Ese es el concepto, la idea de “dibujar bien”. Entonces, cuando los chicos están en el taller, se desestructuran y cuando decimos “hoy dibujen lo que quieran” se vuelve a eso.
Ese estereotipo que viene de la tele…
-Del entorno de imágenes. Eso también es leer. No es analfabetismo, es lo que se sabe.
Es una reproducción mecánica…
-Sí, es hacer bien el osito, porque un garabato no, eso es un mamarracho. Y no es que yo diga que no hay una disciplina de trabajo. Tiene que haber una disciplina, una constancia, una responsabilidad.
Alfabetizarnos visualmente es una necesidad inminente…
-Es que hay mucho, mucho prejuicio de cómo voy a leer una imagen abstracta, cómo voy a leer Kandinsky. Mi obra… ¡Mi obra parece una tontera! Se subestima porque no se conoce.
Cuestionás los estereotipos
-Creo que es inconsciente. Yo quiero dibujar como Leonardo Da Vinci pero… ¡juro que no puedo! (muchas risas). Los admiro mucho. El Renacimiento es fantástico. Pero cuando quiero hacer algo clásico, no puedo; la cabeza se me dispara para otro lado.
En relación con lo figurativo o con lo abstracto, en los talleres, ¿se pueden ver las posibilidades que tienen los chicos de leer lo abstracto?
-Sí, es maravilloso. Y cuando hay uno dibujando con la regla dicen: -¡Está dibujando con la regla! ¡Ay! Lo acusan como si fuera un criminal. Entonces he tomado la regla, el compás, los transportadores como aliados, para que vean las maravillas que se pueden hacer. Les digo, -hagan líneas rectas… son ejercicios, siempre a través del juego. Por ejemplo, proyecto una imagen de Kandinsky, que es un geométrico, y empezamos a leer. Pregunto qué ven y empezamos a racionalizar la obra. Hacemos una línea imaginaria y vemos dónde está “más pesado”, es decir, dónde hay más elementos, izquierda o derecha… Dónde hay más líneas; cuál es el punto que les llama más la atención. Y hay obras en las que todos estamos de acuerdo. Por ejemplo, Las meninas, una obra del Renacimiento, donde aparece la infanta Margarita; todos estamos de acuerdo en que ahí hay una niña. Pero hay otras obras que son muy subjetivas. No hay un camino lineal… Por eso, ¡no tengan miedo! de decir “para mí lo importante es este círculo negro” y otros pueden decir que les parecen importantes otras cosas, porque es relativo.
La lectura de imagen es pararse y mirar. Por ejemplo, si hay un programa de televisión que a mí me parece estúpido... Bueno, sé que los chicos lo tienen que ver. Y empezaré a escuchar los comentarios, porque puede ser estúpido para mí pero no para ellos. No porque sea algo “tonto” o abstracto hay que dejar de verlo.
Aprender a ver, eso es importante. El “me gusta” o “no me gusta” es importante, pero es importante saber por qué. Y hay obras que les son indiferentes. Entonces “escarbar”. Yo les digo “desnudar la obra”.
Ese “camino del gusto” ¿puede ser condicionado, marcado, educado?
-Y sí, imaginate que el que dibuja fantástico el power ranger es una maravilla, es “el capo de la escuela”. Porque es lo que se conoce; lo otro, es subestimado.
Era lo que me pasaba a mí, cuando era chica cantaba y cantaba tan horrible (Rosa eleva sus brazos dibujando en el aire dos enormes comillas). Yo creo que nadie canta horrible, ahora lo creo. Y escuchaba -“vos, callate, vos callate”.
Y dibujaba con la mano izquierda y me decían -“Con la izquierda no”, entonces dibujaba con la derecha. Me reprimieron tanto que ahora manejo las dos.
Es cuando desde la familia o desde la escuela no se da espacio a una capacidad
-Sí, no lo hacían porque eran malos o eran perversos. Es ignorancia, es no pararse un poquito y ver que todos podemos tomar caminos diferentes y todos vamos a llegar al mismo lugar. Cada uno por un camino y con tiempos también diferentes y tenemos que detenernos.
Tengo dos hijos y son totalmente diferentes. Y así es, cada maestra también es diferente y tienen necesidades y ansiedades diferentes. En la casa también, cada padre tiene sus ansiedades.
Es cuestión de detener los tiempos, leer imágenes, ver las capacidades de cada uno… el activismo en clase tampoco está bueno…
-No, pero no le echo la culpa a las maestras. Hay un sistema apurado, de correr. Hay directivos que sólo se tienen que ocupar de papeles y no pueden acercarse al aula porque son todos trámites, problemas. Esto es una queja permanente. Uno ve que están todos corriendo y las maestras también.
En relación con la lectura de literatura, el tiempo también es un condicionante. Muchas veces se escucha que “no hay tiempo para leer” y uno puede preguntarse si no se puede leer en la escuela, ¿dónde se puede leer?
-Todo un tema para ver…
¿A dónde vamos con tanto apuro?
-Para qué… sí, veo mucho lo mediático, lo descartable. No importa, se tira, hay otro.
Pensaba cuando veía tu obra, que hay mucho objeto pequeño que, como esos dijes de torta, tienen un sentido tan efímero que se descartan y aquí están en una obra…
-Sí, a mí esas cosas pequeñas me interesan.
La generosidad intelectual no es una actitud muy “encontrable”. Pues Rosa dijo sí a la entrevista, nos abrió las puertas de su casa, de su taller; compartió el proceso de producción de un libro próximo a salir (una reedición de un texto de Laura Devetach - editorial Comunicarte) y también relató cómo trabaja como docente en producción y lectura de imágenes.
He aquí las huellas de una Artista Visual que, generosa, aporta pistas para seguir:
-El texto tiene una forma, la imagen también. La palabra tiene una forma y la letra tiene una forma. Por ejemplo, cuando doy una clase digo, en un taller de arte (a los más chicos, a los más viejos, a las maestras): '-No me importa cómo ni de qué forma, lo único que les voy a dar es un formato chico de 35 x 50 cm… Bueno, con esto tienen que hacer en un papel una imagen que dé sensación de angustia, no importa cómo. ¿A ver? ¿usarían el rosita? ¿el celestito? O más contundente: en una imagen de violencia, ¿usarían el rosita? ¿usarían una línea ondulada? ¿qué tipo de línea usarías para dar sensación de violencia?'
Una línea quebrada
Esa es la diferencia. Si quiero hacer una obra que de sensación de dolor es probable que no haga un paisaje que es más de melancolía. La imagen va transmitiendo. Más allá de que me guste o no me guste. Hay elementos en la plástica que usás para dar una sensación. Si se dice 'dibujar el limón' y 'no lo quiero dibujar al limón', pero sí quiero dar la sensación de que está escrito limón… lo puedo hacer a través del color. Los colores también permiten. Si digo pasión, de cajón que voy a utilizar el rojo, no hay otra. Y hay otras palabras más ambiguas y cada uno, según su historia personal, verá cómo transmitirlas.
Por ejemplo, estoy acá hablando con vos y veo esos dos alfileres y pienso que parece una parejita y me voy… (risas bien Rosa).
NOTAS
(1) Madame Bovary, novela escrita por Gustave Flaubert, publicada en París entre 1856 y 1857; catalogada por la crítica literaria como novela símbolo del inicio del período literario denominado Realismo, tiene como protagonista a Emma Bovary.
Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa y escritora situada en el período literario denominado Barroco. Vivió entre los años 1651 y 1695. Produjo especialmente lírica.
Bernarda Alba, protagonista de la obra teatral La casa de Bernarda Alba, escrita en 1936 por Federico García Lorca.
Mujercitas, novela escrita por Louisa May Alcott, publicada en 1868.
(2) Centro Cultural España Córdoba. Sitio Web: http://ccec.org.ar
(3) Lilia Lardone, escritora y tallerista cordobesa. Entre otros textos, publicó Nunca escupas para arriba, Poesía e Infancia, Puertas Adentro.
Junto a María Teresa Andruetto publicó El taller de escritura creativa en la escuela, la biblioteca, el club. Ed. Comunicarte, Cba. 2010.
(4) Cinema Paradiso, película producida en 1988, escrita y dirigida por Giuseppe Tornatore.
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