lunes, 1 de julio de 2013

Biblioteca Ambulante

C.E.MAESTRO DOMINGO NOGAL
MONTE CRISTO

Llegó la biblioteca ambulante a la escuela y ahora…??????

Leer, elegir y escuchar. Compartir lecturas en el aula, en la biblioteca, en el recreo. A partir de la visita a la escuela de una caja con cincuenta libros, las conversaciones entre docentes empezaron a surgir. Se escucharon posibles prácticas, compartían experiencias y deseos de “Ay, qué bueno”, lo podría hacer…
Compartir estas prácticas nos demanda a seguir haciendo, a cambiar o afianzar lo que hacemos.
Se le dio un espacio a la lectura, un momento, un lugar importante y que para muchos era un momento esperado, desde los más chiquitos hasta los más grandes se transformaron en un público cautivo. Cómo lo demostraron los niños de primer grado, que le pedían a la docente que trajera la caja con los libros, querían descubrir los nombres que estaban ocultos, comparar con los que ellos habían supuesto o con la ansiedad de conocer a la autora de la colección que estaban disfrutando en su aula o en el patio.
Segundo grado jugaban con fichas, fichas que por medio de preguntas ellos tenían que anticipar sobre los personajes o hechos y como estaban organizados por parejas la discusión era un punto común. La docente pasaba por cada grupo para escucharlos y luego les entregaba el libro.
Libros de cuentos, de poemas, de animales todos se salían de la caja, casi sin pedir permiso. Los de tercer grado trabajaron con la colección de e.d.b., comenzaron a leer en cuartetos, leían la imagen de la tapa y con esa lectura debían convertirse en creadores del título, al cual no lo podían cambiar al avanzar en la lectura. Algunos, ya con hábitos de lectores, espiaban el lomo o la contratapa y acertaban, pero la imaginación de otros sorprendió. Al concluir escribían una recomendación para que otro grupo lo eligiera en la próxima semana.
Cuarto grado, que alegría irradiaba de sus caras cuando la señorita apareció con la caja de la Biblioteca Ambulante, enseguida querían completar la ficha de préstamo, como lo hacían el año anterior, pero se organizaron para leer en el aula, luego la docente tomo uno y comenzó a leérselos en voz alta, la cual sostuvo una vez por semana.
Los más grandes elegían y aunque no se pueda controlar con exactitud, los alumnos realizaban lectura de libros completos.
Jornada extendida también se sumó, con leyendas argentinas. Los alumnos representaron las escenas, y la docente fotografío para luego trabajar en las computadoras y armar un mitocuento, con narraciones y diálogos simples.
Llega a su fin, esta visita debe partir, pero acá dejó “buenas huellas”, la posibilidad de generar momentos y espacios para la lectura y el de darle continuidad en las aulas como el contagio de experiencias entre docentes.

Contacto: maestrodomingonogal@hotmail.com



No hay comentarios: