“Bienvenido
Pasan en su baile los seres invisibles. Su coreografía nos deja
suspendidos en la brisa. Un instante, solamente. Luego todo sigue en su sitio,
los números, las sillas, las ventanas, la gente. Sisean y se espigan los seres
invisibles. Su silbido se alarga como un tren de juguete, nuestros ojos reciben
su gota de ámbar y creen que sueñan. Nos queda la sensación de los ramajes del
verano, o del fluir de la arena en las manos de los niños.”
De este modo
tan poético, nos invita la escritora argentina, nacida –como ella misma señala-
en Mendoza en 1952 y en Neuquén en 1978, a visitar su página web. Haciendo clic sobre
estas palabras, se puede acceder a un bello sitio pensado y creado por la
escritora donde el lector puede encontrar datos biográficos, críticas, reseñas
y distinciones, además de conocer sus libros.
No es fácil
encontrar las palabras justas para autodefinirse, para contar acerca de uno
mismo; sin embargo, la autora, especialista en lij y editora María Cristina
Ramos se describe de este modo:
“Soy María Cristina
Ramos, poeta y narradora. Vivo en Neuquén, Patagonia Argentina.
Busco las pausas del
viento, para que no se me vuelen las letras. Habito música y silencio y lo que
sucede en este claro del mundo.
Esta es una invitación para seguir
encontrándonos. El país es grande, el mundo es pequeño, un blog junta el azar
de los instantes.
Soy autora de muchos libros publicados
en Argentina, también en otros países de Latinoamérica y en España. Gracias por
estar aquí.”
Aunque
para este caso, para muestra no basta un botón, ya que el lector seguramente
recorrerá cada uno de los post de este blog, casi sin parar, les proponemos
encontrarse con un texto publicado en ese espacio virtual titulado “Escribir”,
publicado por la autora en agosto del 2012:
“Escribir
Un camino de hormigas, el papel plateado, una caja de botones,
callecitas de la infancia. Entre una y otra tormenta de verano visitábamos a
los tíos que vivían en el campo. Ella hacía galletas de miel, él criaba las
abejas. Se metía en un traje de astronauta y exploraba las colmenas. A veces, sin
traje, abría una y extraía un puñado de abejas rubias que recorrían sus dedos
amorosamente, mientras nosotros, desde lejos, temblábamos de espanto.
Teníamos vecinos misteriosos y otros, alegres y diáfanos. Tras la medianera
vivía el médico del pueblo. Una vez por mes, el fantasma de una prima venía a
visitarlo; se sentaba a los pies de su cama y le contaba de la otra vida. Nos
dábamos cuenta porque ese día los pacientes esperaban en vano, y veíamos por
las ventanas el resplandor de las velas, encendidas en los rincones. Otro
vendía canarios. Tenía el pelo vaporoso y rojizo como el plumaje de los
canarios de raza. Los criaba en un jaulón tan grande como una ciudad de
pájaros, con fuentes y parques, plazas y escondites. Y los alimentaba con
extrañas sustancias, granos de color intenso y polvos secretos para afirmar la
ilusión. Ni muy cerca ni muy lejos, había una isla. Ni tan cerca ni tan lejos,
el río, que ya no está, se abría en canales de riego. El agua devenía en
árboles, los árboles en zorzales y jilgueros.
Los tíos más lejanos llegaban en tren. La estación era larga y la campana brillaba como bañada en azúcar cristal. El aire de la espera movía mi pelo y el banco de madera crujía, mientras mi hermano y yo columpiábamos los pies. Mi madre, mientras tanto, leía en la pequeña pizarra cuántos minutos habría de retraso, cuánto faltaba para que el tren resoplara por última vez y comenzaran a bajar los pasajeros. Nosotros nos empinábamos para divisar el sombrero del tío y el pañuelo de seda que mi tía usaba para saludar. Tal vez escribir sea repetir ese gesto, empinarse para ver también donde ven los otros, más allá de la medianera, por lo menos hasta los ojos de la gente, hasta la altura del ala del sombrero, en el límite del sol y la sombra; ese espacio donde la vida sucede a media voz.
En
la revista virtual Imaginaria, publicación dedicada a la literatura para niños
y jóvenes, se pueden encontrar datos precisos y detallados sobre la biografía
de la autora de “Un sol para tu sombrero”. Allí, en un informe
preparado por Roberto Sotelo, se encuentran además las portadas y los datos de
muchos de los libros de Cristina.
"La producción de María
Cristina Ramos tiene como rasgo fundamental la recreación de la voz y el
pensamiento de la infancia. Minuciosa en la elección de la palabra poética,
enlaza con hilos sutiles la espontaneidad del habla cotidiana de los niños con
la profundidad de su decir poético que levanta vuelo y construye escenarios
fantásticos en espacios poco visitados por los habitantes de las grandes
ciudades. La naturaleza participa y brinda credibilidad a la narración porque
el discurso se nutre de aire fresco, de charquitos, de montañas, de árboles
frondosos. Los personajes infantiles andan en libertad, en zapatillas o
descalzos, salen y entran de sus casas y sus vidas se traman y destraman
alimentándose del paisaje bellísimo del Neuquén. Sus charlas, sus sueños, sus
caídas, sus conflictos van naciendo de la naturaleza generosa que les promueve
aventuras y edifica el basamento realista del que emerge victorioso el hecho
fantástico."
Además,
en otra nota de la revista Imaginaria, podemos encontrarnos con un excelente
reportaje a Cristina Ramos, además de poeta, narradora y tallerista; editora de
la editorial Ruedamares, proyecto que surgió por la dificultad de publicar
poesía en Argentina para niños pequeños. "Escribir tiene que ver
con una manera de vivir, de plantarse ante la vida”, lleva por título la
entrevista con la escritora María Cristina Ramos realizada por Fabiana
Margolis. Se
puede disfrutar, haciendo clic aquí.
Por otra parte, el
blog La memoria y el sol, realiza una extensa y delicada crítica del libro
Mientras duermen las piedras, de María Cristina Ramos, editado por
Edelvives.
Entre otras cosas, en este sitio
se señala en referencia al libro: “La
narración está compuesta por la voz de una niña llamada Lucía, voz a través de
la cual nos llegan otras voces: la de sus hermanos, la de su mamá, la de la
abuela, la de la maestra.” Imposible no leer el libro después de leer esta
interesante reseña.
El sitio de la Fundación Leer nos presenta una entrevista a Cristina
Ramos, nominada por la Argentina para el prestigioso Premio H. C. Andersen
2013. Allí, la autora responde a variadas preguntas, una más atractiva que la
otra. Sin embargo, vale la pena rescatar la respuesta de Ramos ante la consulta
de cómo comenzó a escribir: “Cuando nació mi primera hija. Si bien estuve
siempre cerca de los chicos por mi trabajo en la docencia. Es muy conmovedor
ver las sucesivas lecturas del mundo que los niños van haciendo a medida que
crecen. Ese resplandor fue el que me movió a escribir.” Para
leer el reportaje completo, clickear aquí.
Material producido por el Plan Nacional de Lectura
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